La llamada frecuencia del Solfeggio fue usada originalmente en los cantos gregorianos. Sonidos curativos o no, lo que sí sabemos es que son capaces de generar en nuestro cuerpo y nuestra mente un cambio, como si una fuerza invisible nos reiniciara y nos sintonizara a su vez con más intensidad con el propio ser. ¡Disfrutala!